El MBE se concibe como un instrumento de la política de fortalecimiento de la profesión docente, que reconoce la complejidad de la labor de enseñar y que, por lo tanto, se hace cargo de entregar al sistema escolar una herramienta que contribuya a este ejercicio profesional.
En su rol formativo se espera que oriente y acompañe las prácticas y el desarrollo profesional de las y los docentes del país, poniendo al docente al centro del proceso educativo y comprendiéndolo como un constante aprendiz, que reflexiona y mejora sus prácticas de acuerdo con las orientaciones entregadas y su contexto.
En este sentido es una herramienta para todos los actores que deben acompañar y apoyar el desarrollo profesional de las y los docentes, como son los equipos directivos, los que según la Ley N°20.903 tienen esto dentro de sus tareas prioritarias, lo que implica contextualizar el Desarrollo Profesional y hacerlo situado. Los equipos directivos, son además responsables de diseñar y aprobar, con participación de la comunidad docente, Planes Locales de Desarrollo Profesional que contribuyan al Plan de Mejoramiento Educativo (PME) de cada establecimiento educacional, para lo que ahora contarán con este nuevo MBE actualizado.
En cuanto a los sostenedores, también encuentran en este instrumento un apoyo para su rol de orientar y acompañar a los establecimientos educacionales de su dependencia.
Desde el punto de vista de la política pública de fortalecimiento de la docencia, además de propiciar todos los aspectos relevados anteriormente, marca también el referente para la evaluación de docentes, lo que permite su reconocimiento y a la vez entrega retroalimentación formativa que potencia el aprendizaje profesional situado.