PREGUNTAS frecuentes
ESTANDARES DE LA PROFESIÓN DOCENTE

Efectivamente la ley N°20.903 determina la elaboración de Estándares para las Carreras de Pedagogía y Estándares para el Desempeño Docente. 

Respecto a los Estándares para las Carreras de Pedagogía, la Ley N°20.903 modifica la Ley de aseguramiento de las Calidad de las Universidades (Ley N°20.129):

  • Art. 27 ter. “… los estándares pedagógicos y disciplinarios definidos por el Ministerio de Educación y aprobados por el Consejo Nacional de Educación.”

Respecto a los Estándares de Desempeño, la Ley N°20.903 modifica el Estatuto Docente (Ley N°19.070):

  • Artículo 19 J: “…Los estándares de desempeño docente serán elaborados por el Ministerio de Educación, y aprobados por el Consejo Nacional de Educación.”

De acuerdo con la normativa vigente, es el Ministerio de Educación el responsable de la elaboración de los Estándares de las Carreras de Pedagogía y de los Estándares de Desempeño, y así mismo determina que es el Consejo Nacional de Educación (CNED), organismo autónomo del Estado cuyo rol es orientar las políticas educativas, quien los aprueba.

Este proceso de elaboración, tanto del MBE como de los Estándares para Carreras de Pedagogía, se llevó a cabo en conjunto, bajo el alero de los Estándares de la Profesión Docente. Participaron académicos y decanos de las facultades de educación, profesores en servicio, directivos de establecimientos educacionales, e instituciones responsables de la formulación de políticas educativas.

Tanto en la elaboración de los Estándares Pedagógicos y del MBE, como para cada uno de los Estándares Disciplinarios, se contó con un equipo de destacados/as docentes, académicos e investigadores especialistas en las respectivas áreas. 

Así mismo, se aseguró que fuera un proceso participativo, por lo que se llevaron a cabo amplios procesos de consulta y de reflexión colectiva, con diversas metodologías:

  • Jornadas de reflexión realizadas en establecimientos educacionales de todo el sistema escolar sobre el Marco de la Buena Enseñanza, con opiniones recogidas a través de una plataforma web, donde en conjunto participaron más de 150.000 docentes. 
  • Validaciones y consultas amplias que incluyen a académicos, directivos, docentes, líderes de opinión e instituciones del sistema educativo de todo el país. 
  • Consulta a expertos por disciplina, que incluye a académicos y docentes en desempeño expertos. 

Los Estándares para Carreras de Pedagogía y al Marco para la Buena Enseñanza en sus versiones 2021, por primera vez se relacionan de manera intencionada a través de lo que se ha llamado Estándares de la Profesión Docente, que pone al centro al docente y reconoce su trayectoria desde la formación inicial como profesor hasta su ejercicio. 

De manera concreta, la articulación se logra a través de lo pedagógico, donde ambos comparten los mismos estándares y focos, y las diferencias se presentan a nivel de descriptores, dado que el docente en ejercicio es integrante de una comunidad escolar, en contraste al egresado de una carrera de pedagogía, que solo tuvo, en su práctica profesional, oportunidades para una participación limitada en una comunidad escolar.

Los estándares entendidos como lo que se valora de la profesión, no prescriben la acción docente, más bien aportan criterios para un ejercicio profesional contextualizado, que responde con autonomía y flexibilidad a los requerimientos de sus estudiantes y del establecimiento educacional donde ejerce. Para ello, recogen las últimas investigaciones y hallazgos sobre cómo se aprende, así como la opinión de educadores, docentes, directivos escolares, formadores de profesores, investigadores, instituciones de educación superior, de aseguramiento de la calidad, entre muchos otros y otras participantes, para así recoger y construir de forma colaborativa este marco de referencia común que se pone al servicio de todos los profesores del país y que deben ser reinterpretados por cada docente a través de la reflexión sobre la propia práctica en su contexto.

Desde el punto de vista de la formación de profesores, tampoco la prescriben, ya que además de tener a la base lo expuesto anteriormente, se han extremado los esfuerzos porque sus definiciones sean amplias y genéricas en términos de implementación. Pueden ser operacionalizados a través de diversidad de enfoques y acorde a sellos o proyectos institucionales tan heterogéneos como los que exhibe el campo institucional de la formación de docentes del país.

Para la construcción de los Estándares de la profesión Docente se consideraron cinco grandes referentes: 

  1. El currículum, o la definición pública de objetivos y contenidos de aprendizaje de la experiencia escolar, en sus diferentes niveles y ramas.
  2. Desempeño de docentes destacados en Chile, que ejercen en la diversidad de contextos propia en la educación pública.
  3. Los principios o valores orientadores de la educación del país, relacionados con los derechos humanos y enfoque de derechos en general, el enfoque de inclusión, interculturalidad y género, y el desarrollo profesional (Ley N°20.370; Ley N°20.845 y Política Nacional de Convivencia escolar, 2019; Ley N°20.903) 
  4. Otros Estándares; estándares para la profesión docente de Australia, Escocia, y en los Estados Unidos, los InTASC y las actualizaciones desarrolladas por Danielson; Estándares Indicativos de Desempeño para los establecimientos educacionales y sus sostenedores Mineduc.
  5. Se incluye también literatura sobre avances en las ciencias del aprendizaje y el tipo de pedagogía que promueve en las y los estudiantes el desarrollo de las habilidades para el siglo XXI.

Para profundizar ingresar a la sección de bibliografía de esta página web.

Etimológicamente proviene de la palabra estandarte.  Un estándar es un ‘acuerdo’ respecto del desempeño que debe demostrarse en un determinado dominio para considerar que se ha alcanzado un determinado nivel de competencia en este y al hacerse públicos, adquieren el carácter de compromiso social.

Es un acuerdo que está basado en evidencia, y tiene la doble acepción de “significado” o de aquello por lo cual se está dispuesto a luchar (stand for), y de “vara” que se debe superar.

Un estándar no necesariamente uniforma o “estandariza” el modo de alcanzar ni de demostrar lo que se ha alcanzado, sino que se transforma en una hoja de ruta o un objetivo hacia el cual caminar, al cual se puede llegar de innumerables maneras distintas.

El reconocimiento a la complejidad de la tarea docente y el rol insustituible que tienen en los aprendizajes de las y los estudiantes, ha hecho que en Chile, así como en muchos países, se avance en una política de estándares que genere acuerdos sobre lo que se considera una buena enseñanza. Para ello definen un lenguaje y significado común para la discusión y reflexión profesional sobre la preparación de la enseñanza, su práctica, la responsabilidad profesional que la media y su mejoramiento (Clinton et al., 2017). Estos acuerdos se instalan como punto de referencia común para todo el sistema educativo, de formación de futuros profesores y del sistema escolar, sentando bases para la reflexión y diálogo entre diversos actores, facilitando la articulación entre diferentes procesos de formación docente, iniciales y continuos, y permitiendo orientar el desarrollo profesional de las y los docentes hacia marcos de calidad establecidos. 

De este modo, el sentido de una política de estándares de la profesión docente se basa en la certeza de la relevancia y complejidad de la enseñanza y en la visión de una política educativa que decide acompañar esta función, sistematizando en estándares un cúmulo de experiencia y aprendizaje de docentes, para ponerlo a disposición de las universidades y sus procesos formativos,  otros docentes y de su aprendizaje profesional continuo, de los directivos desde su rol prioritario de empujar este aprendizaje, y la política pública, que debe promover el desarrollo profesional y  evaluar el desempeño para  generar insumos que nutran este aprendizaje. 

Los Estándares de la Profesión Docente son un nuevo concepto que congrega todos los referentes para la formación y el ejercicio docente con que cuenta el país. Al hablar de estándares, nos referimos a un marco de actuación, una guía u hoja de ruta, respecto del desempeño profesional docente, explicitando habilidades, conocimientos y disposiciones necesarias para asegurar interacciones pedagógicas que promuevan aprendizaje de calidad en los estudiantes. 

Los Estándares de la Profesión Docente están compuestos tanto de estándares para carreras de pedagogía, como de estándares para docentes en ejercicio (Marco para la buena Enseñanza). Concretamente, agrupan a dos marcos que anteriormente actuaban por separado: 

  1. Por un lado, los Estándares para Carreras de Pedagogía, que refieren a una base que todas las universidades del país deben lograr en sus egresados. 
  2. El Marco para la buena Enseñanza, que refiere a las prácticas, competencias y conocimientos que requieren desarrollar las y los docentes para el aprendizaje de las y los estudiantes.

El concepto de Estándares de la Profesión Docente, definido como tal, es inédito en el diseño e implementación de la política educativa, ya que por primera vez hubo una decisión de interrelacionar explícitamente los instrumentos que orientan a la formación de los fututos profesores con el ejercicio mismo de la profesión. Este es un cambio paradigmático que invita a resignificar la formación inicial, la inducción y el ejercicio profesional como partes de un mismo proceso de desarrollo, y por tanto a fortalecer el vínculo entre la academia y el sistema escolar y el concepto de trayectoria y aprendizaje docente.